Arquitectura de la provincia de Albacete

Título Arquitectura de la provincia de Albacete
Autores Luis Guillermo García-Sahuco Beléndez • José Sánchez Ferrer • Alfonso Santamaría Conde
Fecha 1999
Materia Patrimonio artístico, arquitectura
Formato 620 p. 25 x 25 cm.
Editor Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha
Colección Patrimonio Histórico de Castilla-La Mancha. Nº. 13
I.S.B.N. 84-7788-234-7
D.L. AB. 488-1999
JCCM

Descripción

Dos son los objetivos fundamentales que se propusieron los autores, los tres historiadores del Arte, al empezar la elaboración de este libro: uno, comprender mejor la historia de la provincia de Albacete a través del conocimiento de su arquitectura más significativa; el otro, ayudar al lector a valorar el patrimonio arquitectónico de este territorio.

Arquitectura de la provincia de Albacete es, a la vez, un estudio de conjunto y de obras. De conjunto, porque se ha tratado de dar de forma sistemática una explicación del proceso de formación y transformación de su arquitectura desde los orígenes hasta nuestros días; de obras, porque en él se procura describir y caracterizar cada uno de los edificios más notables. Al tiempo, se intenta sincronizar el enfoque global con el estudio particularizado para que la explicación constituya un todo interrelacionado.

El texto aparece complementado por un abundante material gráfico constituido por la planimetría perteneciente a la Consejería de Cultura de la Junta de Comunidades y por un amplio reportaje fotográfico, en su mayor parte pensado para esta obra.

Introducción

Arquitectura es el arte de construir, el de delimitar espacios; unos, los internos, susceptibles de ser habitados, de ahí su funcionalidad que puede ser muy variable, y otros, los externos, con sus relaciones de ordenación mutua, que entran en el ámbito de lo que hoy denominamos urbanismo.

La obra de arquitectura, como toda obra artística, es resultado y expresión de un momento histórico determinado, con sus avatares políticos, su situación socioeconómica, sus intenciones y sus ideales; por ello, su conocimiento nos ayuda a comprender mejor épocas pasadas y aún el presente de cualquier territorio, en este caso el de la provincia de Albacete.

En tal ámbito, desde luego, las épocas históricas y sus manifestaciones artísticas se suceden, en general, como en otras partes de España, pero junto a ello hay que tener en cuenta que la historia distinta, en ocasiones, de las diferentes áreas provinciales introduce un elemento de diversidad en su arte, y por tanto, en su arquitectura; de la misma manera, habrá que tener presente la situación geográfica de la provincia, entre el centro peninsular y el Levante y entre éste y Andalucía, que explicará influencias de estos entornos en diferentes momentos, incluso en los comienzos del siglo XX, antes de que la arquitectura se universalice más en nuestros tiempos. Habrá que tener en cuenta al respecto, como un tercer factor de diferenciación, la fragmentación de los territorios de la provincia hasta fechas muy recientes entre diversas diócesis, así la de Cartagena ocupaba poco más de la mitad de la superficie con poblaciones tales como Albacete, Almansa, Chinchilla, Jorquera o Hellín; a la de Cuenca pertenecieron La Roda, Tarazona y Madrigueras; en el arzobispado de Toledo se incluía buena parte de la zona occidental provincial, con localidades como Alcaraz, El Bonillo y Villarrobledo; e incluso, un enclave aislado, Caudete, que perteneció a la mitra de Orihuela. Toda esta diversidad tiene su reflejo en las manifestaciones artísticas de todo tipo y, por tanto, a veces no es posible estudiar ciertas obras sin conocer su procedencia u origen histórico.

Por todo lo dicho, a través del conocimiento de su arquitectura comprenderemos mejor la historia de nuestra provincia y su diversidad. Éste ha sido uno de los objetivos que nos hemos propuesto al realizar nuestro estudio; otro, igualmente fundamental, es orientar al lector sobre la calidad mayor o menor de las obras tratadas.

Por otra parte hemos de destacar el hecho, interesante, de que en nuestras tierras que hoy llamamos albacetenses nacieran tres maestros de especial relevancia en la arquitectura española y cuya obra la realizan fundamentalmente fuera de nuestros límites. Andrés de Vandelvira, natural de Alcaraz, despliega su actividad más llamativa en el antiguo Reino de Jaén en los años centrales del siglo XVI, si bien, su influencia se extiende a buena parte de la provincia y mantuvo siempre una estrecha vinculación con su ciudad natal. Alonso Carbonel, nacido en Albacete en 1583, interviene en los ambientes cortesanos madrileños en las obras de más envergadura del momento, el palacio del Buen Retiro y en los accesos al panteón de Reyes de El Escorial, sin embargo a este arquitecto no se le conoce actividad alguna en nuestra provincia. Finalmente, ya en el siglo XIX, otro albacetense, Francisco Jareño, construirá en Madrid una de las obras de mayor empeño de su época, el palacio de Museos y Bibliotecas; dicho maestro, como el primero citado, también mantuvo una buena relación con la ciudad que le vio nacer.

Debemos, por último, señalar el hecho de la pérdida de buena parte de nuestro patrimonio arquitectónico y artístico en general, a veces por incultura, por falta de arraigo o por un mal entendido sentido de progreso; lo cierto es que fueron muchas las obras que desaparecieron para siempre. Frente a esto, actualmente, parece haberse despertado, afortunadamente, un mayor interés hacia el legado histórico, tanto por parte de la ciudadanía como de las diversas administraciones, lo que ha supuesto la restauración de algunas obras; de este modo lo que hoy recibimos de nuestros antepasados lo podremos transmitir a las generaciones venideras.

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