Alfombras de Alcaraz y Liétor

En 1984 terminaba mi estudio sobre las alfombras antiguas de nudo de la provincia de Albacete y en 1986 el Instituto de Estudios Albacetenses publicaba en un libro su contenido esencial. Después de más de un cuarto de siglo, la mayoría de las líneas generales expuestas en dicho estudio siguen teniendo vigencia. Como toda investigación, ésta quedó abierta a revisiones y ampliaciones con nuevos conocimientos que fueran dando respuesta a los muchos interrogantes planteados o modificando las aportaciones realizadas; sin embargo, a lo largo de estos años no se ha publicado –al menos que yo conozca– documentación que altere significativamente lo que por entonces indicaba, ni en el aspecto histórico ni en los aspectos económico, estilístico y cronológico. Sí se han publicado datos complementarios sobre varias alfombras importantes, estudios de diversos ejemplares –que ya conocía o nuevos para mí– y trabajos sobre la técnica de la elaboración de las alfombras y sobre las características ornamentales que han completado la información que de estos aspectos se tenía.

Durante todo este tiempo no se han producido avances en la identificación segura de las alfombras conservadas como tejidas en alguna de las localidades actualmente albacetenses; en las piezas no se han encontrado marcas que puedan ser consideradas boyas de las poblaciones donde se elaboraron y no se han hallado las claves identificativas de las combinaciones cromáticas de los hilos de las tramas que muestran varios ejemplares, interpretadas generalmente como marcas de tejedor.

Hoy, como entonces, la procedencia de la mayor parte de las alfombras se sigue atribuyendo a Alcaraz y Liétor porque de estas poblaciones se conoce un ingente corpus documental que acredita que juntas constituían la demarcación alfombrera más importante, con mucha diferencia, de Castilla desde mediados del siglo XV a mediados del XVII y que Liétor, en solitario, se erigió en uno de los centros castellanos más destacados a lo largo de todo el siglo XVIII y principios del XIX.

Sobre los centros de Alcaraz y de Liétor he obtenido más documentación y en ella he encontrado nuevas noticias sobre sus alfombras. En el caso de Alcaraz las he obtenido consultando todos los protocolos notariales que se conservan de 1630; creo que con sólo la búsqueda en este año es suficiente para hacerse una idea de la situación a mediados del siglo, ya que de 1649 se conoce un documento que indica que las crisis económicas habían acabado con la elaboración de alfombras allí. Para tratar de saber si la manufactura se recuperó posteriormente he leído las actas municipales de 1690 y, de cinco en cinco años, las de 1700 a 1750. Sobre el centro manufacturero de Liétor las he conseguido a través de la lectura de numerosos protocolos notariales del periodo de 1622 a 1629 y de todos los que se conservan de 1630, 1640 y 1650; después de los del último año citado, y tras varios de no registrarse ninguna escritura de compra-venta de alfombras, he vaciado una muestra constituida por los protocolos de 1675 y los, de diez en diez años, del siglo XVIII.

Además de la información adquirida en la documentación indicada, han llegado a mis manos más datos procedentes de diversas fuentes documentales y gráficas; así mismo, ha aumentado mi bibliografía sobre el tema y he visto bastantes ejemplares que en 1986 no conocía. El convencimiento de que toda la nueva documentación reunida representa un bagaje inédito importante que debía dar a conocer y el deseo de mejorar algunos aspectos que se desarrollaron en mi anterior estudio, me impulsaron a redactar el libro que el lector tiene ahora en sus manos.

Los objetivos que me marqué fueron los siguientes:

1. Realizar nuevas síntesis de los aspectos históricos de los centros de Alcaraz y Liétor ampliando y matizando las anteriores con los nuevos conocimientos descubiertos.
2. Estudiar con mayor amplitud y profundidad las características materiales de las alfombras y el proceso técnico seguido en los talleres para elaborarlas.
3. Conocer con mayor detalle las formas de comercialización y los modos de producción de las alfombras desarrollados en estas poblaciones.
4. Revisar, ajustar y completar la descripción, clasificación y codificación de la compleja morfología ornamental e iconográfica de estos tejidos tomando como muestra un nutrido, representativo y significativo grupo de alfombras atribuidas a estos obradores.

He procurado ofrecer un conjunto gráfico nuevo, complementario del que fue publicado en 1986; por eso se han tomado pocas ilustraciones y reproducciones del libro anterior, solamente las que he considerado imprescindibles; no obstante, aquella obra ha constituido un fundamental repertorio gráfico de referencia y consultar su apéndice fotográfico será de gran utilidad para el lector. Para este libro he seleccionado diferentes reproducciones y dibujos e incluido fotografías de ejemplares completos y de fragmentos poco conocidos, aunque algunos se encuentren muy deteriorados; espero que el conjunto sea suficiente y adecuado.