Lo sagrado. Devociones y fiestas populares de Albacete

Creo que hacer un estudio completo de las devociones de las gentes de un territorio tan amplio como el de la provincia o diócesis de Albacete es una tarea ardua, lenta y complicada porque es casi inacabable la tradición oral que hay que escuchar, ingente la documentación de todo tipo que es necesario ver y enorme la bibliografía que es preciso consultar; no obstante, tratar de conocer las devociones que han llegado a la actualidad de un tan numeroso conjunto de poblaciones y rastrear los orígenes, las interrelaciones y el devenir hasta hoy de las mismas es, sin duda, un objetivo apasionante, porque acceder a todo ello nos vincula con nuestro pasado histórico-social y nos permite conocer mejor a nuestros pueblos.

El estudio lo he abordado con la libertad y flexibilidad que permite un planteamiento ensayístico. He realizado una incursión etno-histórico-artística por el devocionario popular provincial, acometiendo la construcción de su discurso con mis reflexiones, lecturas, datos documentales y experiencias, y me he adentrado en ella con la actitud del que pasea por un territorio poco explorado, pero, al menos, algo conocido. No ha sido mi objetivo fundamental tratar de las particularidades y de las adaptaciones propias de cada una de las poblaciones albacetenses a su medio y a su problemática específica, que son las que realmente mostrarían su personalidad plena; a lo largo de su desarrollo solamente he singularizado episodios que sirvan de ejemplos, «clichés», modelos, pensando que su conjunto proporcionará una perspectiva suficientemente representativa de la globalidad albaceteña y que reflejará buena parte de la esencia de su devoción popular básica.

Mi atención se ha centrado en unas devociones cuyo sujeto es el pueblo y que, por ello, no son consecuencia de una decisión o conversión personal; cada persona nace a ellas, como nace a la propia tradición y cultura; las hereda, aun cuando los miembros de cada generación las recreen al asumirlas. Aquí no se trata de los dogmas ni de las doctrinas, sino de las devociones y de sus mitos, de sus observantes y de los ritos; la observación y el análisis se fijarán en lo plástico y representativo de los cultos, templos y ceremoniales, en los aspectos legendarios que arropan a las devociones, en las actitudes y gestos durante las celebraciones, en las externidades litúrgicas y festivas, en los lugares, espacios, recintos y tiempos en los que se celebran y en la arquitectura e imaginería religiosa, especialmente la popular, que todo ello ha generado.

José Sánchez Ferrer.